Los alumnos españoles entre 12 y 16 años estudiarán a partir del curso 2022-23 una nueva ESO. Y esto implica que el currículo mantendrá la perspectiva de género. Es decir, la educación irá orientada para que las alumnas se enfrenten con menos ansiedad a las asignaturas de ciencias (conocidas como STEM), que luego son las que llevan a carreras mejor remuneradas y con más salidas laborales, después de que tanto los estudios PISA como los de la OCDE hayan constatado que las mujeres, por regla general, se enfrentan de manera diferente a los hombres a las asignaturas de ciencias o las rehuyen. Así queda recogido en el proyecto de Real Decreto por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria que ayer fue remitido a las comunidades autónomas para que hagan aportaciones antes de su aprobación definitiva.