«Los tiempos están cambiando y si, me gustaría poder enterrar a Blaze el día que falte», comenta Ainhoa Serna en relación a su perro, un cocker de color negro y canela de cuatro años y siete meses que la sigue por todas partes como si fuera su sombra con Pato, su juguete favorito en la boca. Ainhoa es una de los muchos dueños de animales de compañía, que más que mascotas los consideran familia, que ve con muy buenos ojos la iniciativa del Ayuntamiento de Málaga de habilitar un cementerio para ellos. | @elmundo