hijo

Menudo sinvergüenza y escoria, valiente trozo de ** que con 35 añazos está viviendo en la casa de su madre y encima maltratando.

Un hijo acusado de someter a su madre a un trato degradante será condenado por un delito contra la integridad moral a once meses de prisión y deberá mantenerse alejado de su progenitora hasta octubre del 2023, a una distancia de 200 metros. El vástago, Imanol P. L., de 35 años, aceptó la acusación que presentó contra él el fiscal. En su escrito, el acusador público concretaba insultos del encausado hacia su madre, a la que hacía la vida imposible, y la rotura de objetos de la vivienda, como sillas o aparatos electrónicos.

El hijo llegó a tirar por la ventana la comida de la progenitora, con sartén incluida, a la que se dirigía con expresiones como «haz tu vida, métete en tu habitación», «loca de mierda» o «hija de puta no has trabajado en tu vida». Ante esas pérdidas de control, la mujer se tenía que recluir en su cuarto para poder comer. Otros episodios que relata la acusación se producían cuando la madre intentaba recoger la ropa del acusado. «No toques con tus putas manos mis cosas», le decía. También la amenazaba: «Tienes suerte de ser mujer, que si fueras hombre» y le proponía que acabara con su vida: «Si estás aburrida, suicídate».

La agresividad del hijo hacia la madre se manifestó en octubre del 2020. Tras una discusión, la mujer bajó el diferencial de la luz y el acusado rompió el mando de la televisión. A pesar de que la convivencia era imposible, el hijo se negaba a dejar el domicilio materno. Hasta que una resolución del Juzgado de Instrucción número 1 de Ourense le obligó a mantenerse alejado de ella desde el 7 de octubre del 2020.

La perjudicada renunció a cualquier indemnización y solicitó que se mantenga la medida de alejamiento, de tres años. El hijo era reincidente en estos malos tratos, aunque los antecedentes no se le computan, por lo que si no delinque en dos años y se mantiene alejado de la víctima, no tendrá que ingresar en prisión. En este sentido, el acusado planteó que, por su trabajo, alguna vez puede tener desplazamientos hasta la localidad de residencia de la madre, pero en el juzgado se le instó a que si comunica esas situaciones puntuales a la policía, no incurrirá en quebrantamiento de condena. | @lavozdegalicia

¿Tú qué habrías hecho?

Un joven vecino de la avenida San Fernando fue detenido a principios del mes de octubre después de entrar en la conflictiva sucursal okupaday dar una paliza a uno de los individuos que desde el pasado mes de diciembre la habitan. Según relata el agresor, el motivo de la golpiza fue un episodio de robo con violencia y extorsión contra su hijo pequeño por parte del okupa.

Al parecer todo se inició cuando el menor recibió un regalo de un compañero de clase: una camiseta ‘Nike’ robada. El supuesto ladrón no era este compañero de clase, sino uno de los individuos que viven en la sucursal que al enterarse del regalo habría acudió al menor para reclamarle el dinero: «Cada día que pase me vas a dar 10 euros por esa camiseta». Ante la negativa del hijo del vecino, el okupa que cuenta con numerosos antecedentes habría optado por pegarle y quedarse con su chaqueta.

Una llamada telefónica alertó a Sergio, así se llama este vecino, que no dudó en dejar su puesto de trabajo para ir a ver a su hijo. Tras el relato del niño decidió acudir a la sucursal con un familiar para recuperar la prenda robada: «Entré allí y al verlo con la chaqueta de mi hijo le dije que se la podía quitar por las buenas o por las malas. Se metió la mano en una riñonera y pensando que iba a sacar una navaja le pegué», explicaba ayer Sergio.

Al salir de la sucursal abandonada este vecino se encontró con la policía y acabó detenido. Se le imputa un delito de lesiones y otro de realización arbitraria del propio derecho, es decir, tomarse la justicia por su mano. Lejos de arrepentirse, este vecino concluye: «Si molestan a mi familia    me dan igual las consecuencias». | @ultimahora

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