Hace 70 años, el 8 de mayo de 1945, Alemania firmaba la rendición incondicional. Era el fin de la Segunda Guerra Mundial y el entierro del III Reich. Hacía ocho días que se había suicidado en su búnker de Berlín Adolf Hitler. «La rendición incondicional de nuestros enemigos fue la señal para la mayor explosión de alegría en la historia de la Humanidad», dijo Churchill en su discurso.
Berlín, escenario de una de las batallas más sangrientas de la historia, era una ciudad devastada: calles en ruinas con cadáveres abandonados, personas caminando entre escombros como fantasmas… Joseph Goebels, ministro de Propaganda nazi, había azuzado el miedo a una «guerra de aniquilamiento» contra Alemania y el rechazo a una capitulación se convirtió en la justificación de la lucha hasta el final, según el historiador británico Ian Kershaw. | @abc
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— Alejandro (@alelitooo) July 31, 2020