Menuda tragedia, que pena me ha dado leer esto. ¿Pensáis que en España la ley a veces es muy suave con los que han delinquido?

Francisco López —para todos, Paco— nunca superó la muerte de su hijo Víctor. El joven, de solo 20 años, fue la víctima mortal de la temeridad de Kevin Cui, el kamikaze de la M-50. Ocurrió en septiembre de 2019 y la sentencia se conoció hace poco más de dos semanas: ocho años de cárcel para el kamikaze. Paco, tras una larga depresión, no ha podido aguantarlo más. La noche de este martes se ha ahorcado en una cancha de baloncesto de Rivas Vaciamadrid.

“Cuando salió la sentencia estaba destrozado”, cuenta a EL ESPAÑOL un miembro cercano de la familia. “Estaba con tratamiento psicológico, y su mujer igual”. La Audiencia Provincial de Madrid condenó el pasado 15 de octubre a ocho años de cárcel a Kevin Cui, el conductor que mató a Víctor. Aquella noche iba borracho y conduciendo de forma temeraria en dirección contraria por la autopista de circunvalación.

Víctor, en cambio, iba a trabajar. Aquel fatídico domingo era su tercera jornada como carnicero en un Carrefour. Iba conduciendo hacia su puesto de trabajo cuando el kamikaze empotró su coche contra el de Víctor. La colisión se produjo en el kilómetro 25 de la citada carretera, en dirección a Coslada. | @elespanol

La corta vida de Kevin Chui está plagada de juergas a todo ritmo. Le gustaba vivir rápido y al límite. Tiene DNI español, pero sus padres son chinos. Se crió en Leganés, pero Kevin se integró prefectamente en su entorno y estudió en un colegio caro de aquella localidad, el Legamar.

Era conocido por organizar los viajes de fin de curso y fiestas nocturnas en discotecas, donde le gustaba fotografiarse con chicas de su edad y copas llenas de alcohol. Todo el mundo sabía que su novia era una modelo china, de 25 años, identificada como A.

Imagen del coche de Kevin Cui después de estrellarse contra el de Víctor López

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