Con una vida a caballo entre Madrid y Barcelona, Cecilia Bizzotto (1996) cuenta con una trayectoria personal atípica. Comenzó a estudiar Sociología en la Ciudad Condal pero terminó la carrera en la Complutense. Una formación que le ha llevado a trabajar en proyectos de prominentes figuras políticas y a convertirse en la portavoz y promotora de JoyClub en España, una red social especializada en swingers (intercambios de pareja) en la que tienen cabida toda clase de fantasías sexuales.

Un desempeño cuya génesis se remonta a sus años de estudiante en Barcelona para pagarse los estudios. «Trabajar en un local swinger como guardarropa no es muy diferente a trabajar en cualquier discoteca», comenta. «La principal diferencia», prosigue, «es si los clientes necesitan preservativos tú se los das».

Aquel trabajo de estudiante llevó a Cecilia a interesarse por las denominadas prácticas sexuales no convencionales hasta el punto de presentar su tesis en la Universidad Complutense de Madrid sobre esta materia.

«Me di cuenta de que la sexualidad se había estudiado mucho desde la medicina y la psicología pero no desde la sociología. Entonces, decidí hacer un análisis sociológico sobre las fantasías sexuales», cuenta. «Los estudios previos hechos fuera de España demuestran que las fantasías sexuales de la mayoría de la población pueden englobarse en tres categorías principales: las de dominación-sumisión, las de sexo en grupo y las que se basan en la innovación y corroboré que efectivamente la mayoría de los españoles fantasean con estas tres cosas», cuenta.

Sin embargo, su investigación arrojó una contradicción entre la percepción de los individuos y de la sociedad en lo relacionado con el sexo: «La mayoría de la gente fantasea con algo que está considerado socialmente como una enfermedad mental o como algo tabú y perverso».

Cuando estaba terminando su tesis Cecilia se reencontró con un viejo conocido. Un antiguo cliente del club de swingers de Barcelona al que ella guardaba el abrigo. Un reencuentro en el que que, interesado por su formación e investigación académica, le ofreció convertirse en el rostro de los swingers en España.

De este modo, se ha convertido en la cara, la voz y una parte imprescindible del engranaje de JoyClub en nuestro país. Una red social nacida como un foro en Alemania con más de cuatro millones de usuarios en el país germano y que en España comienza a despuntar por su enfoque específico en las prácticas sexuales no convencionales. Para promocionar esta plataforma, escribe artículos y graba vídeos al estilo youtuber con un estilo didáctico y divertido. También organiza eventos en Madrid bajo el paraguas de su empresa. Algunos de masas -«que han reunido más de 800 personas»- y otros más exclusivos, como talleres sobre erotismo y percepción sensorial.

España es un país en el que el 41% de los ciudadanos ve con buenos ojos las relaciones abiertas, según el Cis. Una percepción que ha provocado que su página de contactos cuente con una comunidad de 80.000 usuarios en nuestro país, de los cuales más de 8.000 viven en Madrid. Según los datos que Cecilia comparte, un 28,5% de los inscritos son hombres, un 38,4% son mujeres y el porcentaje restante son parejas. El perfil de usuario más habitual tiene entre 30 y 44 años.

«La gente rellena un perfil y puede seleccionar sus fantasías: dominación, tríos, gangbang [varios hombres manteniendo sexo con una mujer], intercambio de parejas…».

Su actual labor contrasta con su anterior desempeño como empleada de la fundación Pascual Maragall. «Me dedicaba a la captación de socios y era un trabajo muy bonito, muy humano y muy real, pero también era muy duro», explica. «El de ahora es más divertido», bromea. | @elmundo