«Oh no». No podría haber descrito mejor la situación el analista de seguridad informática John Scott-Railton en su cuenta de Twitter: «La infalible puntería de la mala suerte acompañó al Ever Given desde que partió del fondeadero asignado y se adentró en el Canal». Y es que hay que tener mala suerte para encallar y bloquear el Canal de Suez, por el que se mueve el 10% del comercio marítimo internacional. Peor hay que ser auténticamente gafe para que la trayectoria previa al accidente tome forma de pene gigante. | @elmundo
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