Baia baia…

La noticia provocó la alarma pocos días atrás: desde el inicio de la pandemia, cada vez más niños y adolescentes acuden al médico debido a parpadeos y carraspeos repetitivos, sonidos involuntarios, muecas, movimientos espasmódicos de la cabeza y de otras partes del cuerpo.

Los especialistas se reconocen sorprendidos ante el aumento de tics en el colectivo de menores: “En España vemos lo mismo que en otros países: es un fenómeno mundial. No hay que confundirlo con el síndrome de Tourette: se trata de un trastorno del movimiento funcional”, aclara el doctor Darío Ortigoza, jefe de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. | @lavanguardia