
El asunto comenzó con el lanzamiento, en septiembre, de un nuevo miembro de la familia de spokescandies (voceros de dulces), bautizado como Purple (violeta).
Este fue el tercer personaje femenino de la banda, después de Green (verde) y Brown (marrón), creados, según M&M’s, «para representar la aceptación y la inclusión».
El violeta es un color que suele simbolizar el apoyo a la comunidad LGBTQ y a la expresión de la homosexualidad.

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La llegada de Purple provocó críticas, y los internautas culparon a la compañía Mars Wrigley, casa matriz de M&M’s, por politizar las famosas golosinas.
Según ellos, los personajes de M&M’s se habían vuelto woke, palabra que designa el activismo contra toda forma de discriminación y exclusión hacia una o más minorías.
La polémica repuntó a principios de enero con la comercialización de un pack especial de edición limitada que contenía únicamente los tres colores de los personajes femeninos: verde, marrón y morado.

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