*Spoiler: Mueren todos

También se dice que Franco llegó a pedir una autorización eclesiástica para llevarse la reliquia a su propia casa, en el Palacio de El Pardo. Pese a que las Carmelitas le pidieron que se la devolviera, él se negó, afirmando que la conservaría para seguir venerándola. Su devoción por la reliquia, a la que confería poderes sobrenaturales, fue tal, que además de dormir junto a ella, se la llevaba en algunos de los viajes que hacía por la península. Incluso cuentan que cuando cayó enfermo en 1975 pidió que su habitación fuera convertida en unidad de cuidados intensivos para no separarse de ella. Tras su muerte, la reliquia de Santa Teresa de Jesús regresó a Ronda, encontrándose en la actualidad en el convento de la Merced.

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