Imaginad cómo se quedaron Rachel Kennedy y su novio Liam McCrohan, dos estudiantes de 19 y 21 años respectivamente, cuando vieron que los números por los que siempre apuestan aparecían en el boleto ganador. Pero, ¿cómo es posible que acertaran todos los números y no se llevaran el premio? Fácil: realizaron la apuesta a través de Internet, y el pago con tarjeta no se llegó a procesar, lo cual quiere decir que nunca participaron en el sorteo en cuestión. | @lavanguardia