Ojito con los precios inflados…

La penalización se debió a que los dueños habían ocultado el listado detrás del mostrador y, con ello, engañaron al consumidor. Está práctica, según explicó el oficial de policía Elio Covino al diario La Repubblica, «es muy común y crea una mala impresión en todo el mundo, dado que los turistas son las principales víctimas«.

El guía quiso mirar los precios, pero el bar no los tenía a la vista del público. Recurrió a la policía municipal, que se presentó en el local, descubriendo que el cartel de precios estaba escondido detrás de la barra, aunque es obligatorio tenerlo bien visible para el público.

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