
Su [VÍDEO] en Instagram.
Al comunicar su situación a los responsables de la marca, estos le dijeron que podían ofrecerle, como mucho, una talla 42 o bien podría acudir a trabajar con un traje negro. Al día siguiente, Alba entró a trabajar con una hora de antelación, interesada en resolver la situación cuanto antes, pero cundo la vieron, los responsables se refirieron a ella como «la del problema». «Como si tener una talla 46 fuese un problema», resume la joven.
Como es lógico, la talla 42 que le ofrecieron no le quedaba bien. Como segunda opción, le dieron un pantalón masculino «que como es más grande a lo mejor me está bien, pero tampoco». Después, los responsables fueron a mirar más tallas, pero no había. «Me dijeron que lo sienten mucho, pero que me mandan a mi casa porque no puedo trabajar sin uniforme. Como si el problema fuera mío«. Recordemos, de esta, íbamos a salir mejores…
La joven ha denunciado que esta situación que ha tenido que vivir no es nada justa, pues está cualificada para el empleo: «Como si mi imagen fuese lo único que sirviera para trabajar en un puesto para el que sé que soy lo suficientemente válida». Además, Alba añade: «Como no encajo en el canon de belleza que a día de hoy conocemos, pues no tienen talla para mí, por tanto, no puedo trabajar».
Alba no dudó en compartir el vídeo, que grabó nada más salir del recinto ferial: «Te sientes como una auténtica mierda cuando no tienes el problema. Mi problema no es tener una talla 46, mi problema es que gente que ofrece un puesto de trabajo, sabiendo la talla que tengo, no esté preparada para asumir que tiene que tener un uniforme de esa talla para poder trabajar». | @20minutos

¿Qué os parece el culebrón? Me suena que cogían azafatas finas y altas por el tema de comodidad al ser pasillos estrechos y poder llegar a las baldas del equipaje que están encima de los asientos…