Finlandia ha anunciado el cese definitivo del pago de pensiones de jubilación a las personas que residen en el extranjero, lo que supone un gran varapalo para todos aquellos finlandeses que deciden marcharse de su país hasta zonas más cálidas, donde la calidad de vida es mayor. De hecho, existe una gran comunidad finlandesa residente en la costa malagueña.
Una las personas afectadas es Liisa, una finlandesa de 79 años que en 2025, cuando su gobierno deje de ingresarle la pensión, se verá obligada a retornar a su país de origen. Según una entrevista en el medio finlandés Helsingin Sanomat, la mujer se despedirá de España el próximo año porque sus ingresos son demasiado bajos y necesita volver a cobrar la pensión.
“Es imposible vivir aquí con 600 euros”, ha explicado Liisa. Su pensión era de unos 1.130 euros y, tras la medida impuesta por el gobierno de Finlandia, la cuantía se reducirá en unos 500 euros. Tras jubilarse, Liisa se mudó a Torremolinos y después a Málaga ciudad, en el distrito de Huelin, donde vive en un piso de dos habitaciones que le cuesta 400 euros al mes.
Al parecer, utilizaba su pensión nacional de 490 euros para pagar la cuantía del alquiler. Al quedarse sin ese monto, la mujer ha decidido volver a Finlandia este mes de enero. Como ella hay otros muchos finlandeses que se ven obligados a deshacer sus pasos y volver a su país. | @as