dude LMAOOO pic.twitter.com/s9bKXxyGvp
— KRNG Deano (@DeanoBeano) September 12, 2022
La crisis de los 40 está pegándole muy fuerte pic.twitter.com/SnBLbZoXAd
— Nicö (@niicoRM_) September 13, 2022
La chica pronuncia su nombre español “A-vril” haciendo una pausa entre una a muy abierta y una uve muy vibrante. Es una joven asiática de melena oscura, vaqueros cortos rasgados y unas Converse. Habla con timidez. Se pasa días enteros delante de un establecimiento de manicura que pone en la puerta “Uñas”, en la calle de Leganitos, una vía muy céntrica de Madrid, paralela a la Gran Vía. Si caminan mujeres por la acera, no les dice nada; si pasan hombres, les pregunta: “¿Masaje?”. El precio es 20 euros por media hora; 20 más por el final feliz.
Puertas adentro, clientas desprevenidas se llevan sorpresas desagradables. Una mañana reciente, una vecina de 52 años, Almudena M., que se mudó a finales del año pasado a una calle cercana a Leganitos, se hacía las uñas por primera vez en uno de los salones de manicura, cuando notó un trajín de hombres mayores que pasaban por delante de ella y de la chica asiática que la atendía, Nieves. El último en llegar fue una persona de unos 70 años que tuvo que hacer cola porque las cabinas de masaje estaban ocupadas. Saludó a Nieves con la confianza de un cliente habitual. La dependienta se dirigió risueña a la nueva clienta ―”Este es mi amigo”― y siguió arreglándole las manos. El abuelo se sentó a esperar su turno durante unos 10 minutos en una butaca de pedicura donde otra chica le puso los pies en remojo. | @elpais
Un curioso video que trata de plasmar gráficamente lo que vive una persona que sufre ansiedad (via Reddit) pic.twitter.com/o4YQ8MQAQ9
— CRCiencia (@CRCiencia) September 12, 2022
@LoSientoSoyDupe
Este curioso experimento técnico de Dries Depoorter tiene como nombre The Follower y consiste en utilizar las imágenes de videovigilancia pública y las fotos que la gente sube a Instagram para encontrar coincidencias y ver el momento exacto en que se tomaron las fotos.
El vídeo resulta muy simpático, y como va acompañado de buena música se deja ver. Recordemos que las imágenes están tomadas en lugares públicos y muchas cámaras de videovigilancia se ofrecen en páginas también públicas. Depoorter simplemente guardó todo eso como si fuera un vídeo en su ordenador, directamente a través de la web. Tras examinar unos 10 días de vídeo, cruzando las ubicaciones con las que aparecen en las fotos de Instagram, empezaron a salir algunas coincidencias.
Entre los resultados hay un poco de todo, y hay tanto gente anónima como instagrammers famosos con más de 100.000 seguidores. Pocas fotos son «primeras tomas»; la mayoría suelen ser el producto de tomar 5, 10 fotografías o más; al fin y al cabo es gratis y se pueden poner muchas poses y buscar ángulos. En ocasiones se pueden ver los instantes exactoscomparando la pose y la gente que hay alrededor (aunque algunas fotos también pueden estar editadas para borrar lo que estorba). | @microsiervos