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Una investigación de los Mossos d’Esquadra ha acreditado la existencia de una organización criminal afincada en Catalunya que usaba a menores de edad para ocupar pisos y después los realquilaba a migrantes en situación irregular. En una operación activada el pasado 15 de noviembre la red quedó desarticulada. Nueve personas, tres jefes y seis colaboradores, fueron arrestados. En solo cuatro meses había ocupado con esa estrategia doce inmuebles y lo había intentado con otros doce. Sus miembros se repartían unos 24.000 euros de beneficio mensualmente.

De la existencia de grupos mafiosos que ocupaban y revendían pisos existían numerosos indicios. Pero hasta que la comisaría de Barcelona no ha comenzado a investigar el fenómeno no ha resultado posible reunir pruebas lo bastante sólidas para la justicia que prueben cómo actúan. Y estas incluso han demostrado el rumor de que usaban a niños para simular que sus usurpaciones eran ocupaciones vulnerables. Según el inspector Joan Naharro, jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) en Barcelona, había tres madres a las que la organización contrataba cada vez que usurpaba un domicilio.

Las mujeres, junto a sus bebés, se instalaban en el domicilio y hacían que los menores «lloraran junto a la puerta» cuando la policía llegaba al lugar tras el aviso de los vecinos. Con esa interpretación, las familias fingían ante los agentes que se trataba de una familia en riesgo de exclusión social. «Así se aseguraban de que los Mossos no desalojaran ni se presentaban de nuevo», ha admitido Naharro, que también ha querido dejar claro que las familias con menores a su cargo que siguen ocupando por necesidad siguen existiendo y representando la mayoría de usurpaciones en las que se identifican a menores. Pero no era el caso de esta red, que pervertía de este modo la protección social que el sistema brinda a los menores. | @elperiodico