¿Es que nadie piensa en los deportistas?

[…] «Me escondo en el garaje porque en la azotea me vigilaban». Después de la siesta, Angelina desciende desde su cuarto piso en Cuatro Caminos hasta el sótano donde duerme su Qashqai de segunda mano. El pequeño recinto de 60 metros cuadrados ha reemplazado al gimnasio. Ella estira músculo de forma clandestina en época de confinamiento. «El garaje es una zona común en la que está prohibido realizar ejercicio, pero yo lo uso porque me ayuda a espantar el agobio de este maldito coronavirus. Doy vueltas como una tonta, pero eso me sirve para descargar adrenalina. Todavía no me han pillado y espero que esto siga así», sostiene sin remordimientos por su conducta ilícita.

«Ahí bajo todos los días, disimulando, como si fuera a coger unas revistas del trastero, cierro la puerta con discreción para no ser descubierta y empiezo a andar rápido. Camino sin encender la luz, para no despertar la curiosidad de los vecinos. Yo lo hago a oscuras, aprovechando la poca claridad que entra desde la calle. Me pongo el cronómetro y no paro hasta una hora después. Andar en un sitio tan reducido es incómodo y para evitar la claustrofobia no me queda otra opción que abstraerme», añade. […] @elmundo