Un poco de info
Pese a todo ello, gracias a sus más de 600.000 suscriptores en YouTube y 1,8 millones en Telegram, se erigió en una de las amenazas más relevantes para las autoridades de Minsk,. En el otoño de 2020, Protasevich y Stepan Putilo, fundador del medio de comunicación, fueron incluidos por el KGB bielorruso en la lista de personas físicas que apoyaban el terrorismo, aunque no se presentaron finalmente cargos. Semanas antes, había sido acusado por la justicia bielorrusa de «incitar desórdenes públicos«, delito que en el país eslavo se castiga con hasta 12 años de cárcel. En su cuenta de Twitter, hacía referencia a todo ello en tono de burla: «soy el primer periodista-terrorista». | @elperiodico