Al menos hasta finales de mayo de 2022, cuando la docente y su pareja, a quien conoció en su periplo estadounidense, regresaron a Madrid para casarse. Rocío estaba embarazada y decidió notificar a su inquilina que no le iba a renovar el contrato, que finalizaba el 31 de julio, ya que quería establecerse y hacer vida con su familia en España.
«En ese momento me contestó, con una actitud chulesca y altiva, que no se pensaba ir. En junio no me pagó la mensualidad. Tampoco en julio… Y ahí fue cuando la denunciamos», recuerda Rocío.
Del mismo modo, Rocío apunta que su deudora «se mueve en un Audi A3, mejor que mi coche, lleva a la niña a un colegio privado en Aravaca y tengo entendido que le va una señora a limpiar todas las semanas… Desde luego vive muy bien, si ha pedido la vulnerabilidad imagino que es para alargar este proceso». | @elmundo