¿Qué esperaban de una brasileña-murciana xd?

Ha sido una de las citas más polémicas en la historia de ‘First Dates‘. Y es que la actitud de la soltera, Claudia, no ha gustado a los fanáticos del programa. Se ha definido como «muy brasileña y a la vez, muy murciana, una mezcla explosiva». Y quiere un hombre caballero, cariñoso y honesto.

Ante ella se ha presentado Diego, un hombre que ha pasado un cáncer de colon recientemente: «Después de 37 quimios y 55 kilos menos, aquí estoy, echándole alegría a la vida que es lo que tengo«. La cita comenzaba bien, a ella le ha encantado su personalidad y, además, viven cerca, ya que él es de Alicante.

Sin embargo, los primeros problemas han llegado en la cita, ya que Claudia se ha dado cuenta de que era «un hombre guapo, pero el cuerpo no le acompaña«. Ella ha ido perdiendo poco a poco la ilusión por la cita, aunque Diego se esforzaba por conocerla y hacerla reír.

Pero el problema ha sido cuando Claudia se ha enterado de que Diego había perdido 55 kilos por su enfermedad, momento en el que le ha soltado un «tienes que perder más». La frase ha dejado al soltero atónito, aunque no se lo ha tomado del todo mal, incluso le ha dicho que es verdad, que quería perder 10 más. | @marca

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Haber estudiado enfermería, síganme para más consejos salu2

Durante muchos años he trabajado como ingeniera en el mundo de la obra civil, una mujer joven, rodeada de hombres. Ahora se ven algunas mujeres más, pero a mí me ha tocado lidiar sola en un mundo de hombres: equipos de protección individual diseñados para hombres, no había calzado de seguridad del número 37, ni chaquetas reflectantes para mujeres, ni vestuarios ni lavabos en obra para nosotras. En alguna ocasión, he coincidido con alguna mujer más en la empresa, pero el puesto que desempeñaban era de administrativas, en la oficina; fuera, compañeros ingenieros, encargados y trabajadores hombres. Entre mis compañeros y encargados pueden hacer bromas y tener comentarios machistas, pero ellos no lo ven así. Es más: puede surgir una mezcla entre protección por ser la única mujer, y deseo por la misma razón.

Si estás en la obra y eres la jefa, te llamarán ‘la bruja’ si estás seria o una ‘mal follada’ si discutes y tienes razón, pues lo primero que hacen es buscarte los límites, ponerte constantemente en situaciones comprometidas a ver hasta dónde llegas. Más de una vez he salido llorando, eso sí, sin que ellos me vean. Ahora bien, al mismo tiempo yo también tenía jefes. Recuerdo un día que después de una inspección de trabajo me citó el coordinador de seguridad, ya fuera de jornada laboral, para hablar de lo sucedido. Cuando estoy con él le digo que me comente lo que ha pasado, y me dice que simplemente le caía bien y quería estar conmigo, que quería conocerme mejor. En ese momento, yo me quedo helada, le dije que había ido hasta allí porque pensaba que era un tema laboral, pero que no quería entablar ningún tipo de relación con él fuera del trabajo. A partir de ese momento, y durante meses, el acoso y desprestigio hacia mi figura fue implacable. Ocasiones como esta, en la que un superior te pone entre la espada y la pared las he tenido y las sigo viviendo, llegas a ver tu carrera amenazada por el encaprichamiento de un hombre al que no has dado ni la mínima muestra de interés.

Hasta que punto llegan los estereotipos que cuando fui a la primera inauguración de una de las carreteras en las que trabajé, al llegar a la explanada donde estaba todo montado para que el político de turno cortase la cinta, la gente de seguridad no me deja pasar, al ser una mujer dan por hecho que solo puedes ser prensa o “animación”, pero no esperan que formes parte del equipo técnico de la obra, menos mal que ahí mis compañeros les indicaron eso de “déjala pasar que es la jefa”. | @eldiario