El profesor Katsuhiko Hayashi, de la Universidad de Osaka, es un pionero mundialmente respetado en el campo del desarrollo de tratamientos de fertilidad. Y ayer, durante la Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano celebrada en el Instituto Francis Crick, en Londres, aseguró haber criado al primer mamífero nacido de dos padres biológicos. En concreto, afirmó contar con siete crías de roedor nacidas a partir de óvulos procedentes de células de ratones macho. Un avance que, en sus palabras, podría allanar algún día el camino para que las parejas humanas masculinas tengan hijos.
Hayashi, que presentó su investigación en la cumbre ante la atónita mirada de los asistentes, no dudó en mostrarse optimista respecto a la posibilidad de trasladar su experimento de roedores a humanos en un plazo de diez años. Asimismo, afirmó que ese será el siguiente paso que su equipo dará ahora: reproducir el estudio con células humanas. En este sentido, expresó que le gustaría que su hallazgo estuviera disponible como tratamiento de fertilidad para hombres y parejas del mismo sexo en el futuro si se demuestra que su uso es seguro. «Si la gente lo quiere y si la sociedad acepta esta tecnología, entonces sí, estoy a favor», dijo en declaraciones para la BBC. | @larazon
Sobre las causas, Garrido reconoce el problema para señalar al culpable o culpables. “Sabemos que tiene que ver con nuestros hábitos de vida y con nuestra exposición a contaminantes, pero no somos ratas a las que poder aislar en el laboratorio para averiguar el papel de cada factor, y estamos expuestos a muchos factores ambientales”. Menciona incluso el posible y paradójico papel de las clínicas de fertilidad. “Llevamos 40 años ayudando a las parejas a tener hijos, pero en el caso de los problemas de origen genético, es probable que haciéndolo estemos trasladando el problema a la siguiente generación”, dice. En todo caso, la infertilidad de base genética supone un porcentaje menor en el total del problema.
El catedrático de la Universidad de Granada Nicolás Olea, uno de los que más ha investigado sobre la calidad del esperma en España, coincide con los autores del estudio y con Garrido en lo complicado que es determinar las causas exactas del problema, pero tiene sus supuestos culpables: “Sospechamos que la exposición temprana del embrión/feto y el niño a contaminantes con actividad hormonal, disruptores endocrinos, tiene mucho que ver”. De hecho, su grupo ha publicado recientemente varios trabajos sobre la presencia de disruptores endocrinos en la leche materna en España.
Lo malo de todo esto es que, como dicen Olea, Garrido, Levine o Mendiola, la doble exposición a contaminantes, tanto en el útero como en la edad adulta, es un problema complejo y, ahora confirmado, mundial. Lo bueno es que los mismos humanos que han creado el problema, pueden solucionarlo. Levine hace un llamamiento urgente “a la acción global para promover entornos más saludables para todas las especies y reducir las exposiciones y los comportamientos que amenazan nuestra salud reproductiva”. | @elpais