saint michel

Monte Saint-Michel, Isla de Francia

Comienza emergente como una protuberancia gris, entre el azul del cielo y el marrón de la inmensa bahía que lo envuelve. Y conforme nos acercamos, termina siendo majestuoso, descomunal y, al mismo tiempo, coqueto.

Original como pocos lugares en el mundo, el Mont-Saint-Michel es una fabulosa paradoja : presume de ser una de las mayores atracciones turísticas de Francia, pero se esconde del mundo, agazapado en los confines del noroeste galo, casi dejándose querer en lugar de atraer con su arquitectura grandiosa.

Templo de la peregrinación religiosa o víctima del turismo de masas, conocerlo a fondo no deja indiferente a nadie.

Lo más atrayente del Mont-Saint-Michel es, sin duda, la acción de sus mareas, las más grandes del viejo Continente. Situado en el estuario del río Couesnon,y en medio de una bahía periódicamente invadida por el mar, en función de la hora del día podemos estar en una isla, o en un peñón conectado con el Continente a través de un vasto terreno de arenas movedizas. Algo que siempre lo hizo ideal como fortaleza defensiva ante ataques enemigos.

El lugar llegó a servir como prisión durante la Revolución francesa, y se conservó milagrosamente intacto tras la ocupación alemana y posterior liberación aliada en la Segunda Guerra Mundial.

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