vivienda

¿Pero cuánto más va a subir?

El precio de la vivienda en alquiler se incrementó en septiembre un 9,3 % en tasa interanual hasta alcanzar los 11,8 euros/m2 de media, según los datos que maneja idealista, que indica que 21 capitales están en máximos históricos y un total de 34 tienen precios más altos que antes de la Ley de Vivienda.

En los últimos tres meses el precio de los alquileres moderó su subida al 0,3 %. Sin embargo, si se compara con el mes anterior (agosto) la vivienda en alquiler se abarató el 1,1 %.

En septiembre, las mayores subidas de los alquileres con respecto al año anterior se registraron en Baleares (22,7 % hasta los 16,2 euros/m2); Comunidad Valenciana (15,9 % hasta los 10 euros); Canarias (14,5 % hasta los 12,8 euros); Cataluña (13,8 % hasta los 16 euros) o Andalucía (12,4 % hasta 10,1 euros). Por su parte, los precios en la Comunidad de Madrid avanzaron un 9 % interanual hasta los 16,1 euros/m2.

Si se analizan los últimos tres meses, el precio se incrementó en 11 de ellas, siendo las mayores subidas las de Cataluña (5,8 %); Madrid (4,7 %); Comunidad Valenciana (3,4 %); País Vasco (3,1 %) y La Rioja (2,9 %).

Baleares es la comunidad con los alquileres más caros (16,2 euros/m2), seguida por Madrid (16,1 euros); Cataluña (16 euros) y País Vasco (13,1 euros). Por el contrario, los más económicos se localizan en Extremadura (6,1 euros/m2); Castilla La Mancha (6,6 euros) y Castilla y León (7,6 euros).

De hecho, 6 comunidades autónomas ya están en valores máximos: Madrid; Cataluña; Canarias; La Rioja; País Vasco y Castilla-La Mancha. | @efe

Cuando una persona trabaja y tiene que vivir en la calle, es que las cosas están muy mal…

En la Quinta de los Ingleses, a veinte kilómetros del centro de Lisboa, Marcia Alvaro (41) y Andreia Machado (49), dos inmigrantes brasileñas, se sientan sobre una manta a beber zumo de naranja con vistas al océano Atlántico. Desde hace dos meses, ambas forman parte de un campamento donde viven otras decenas de trabajadores que, como ellas, no pueden pagar un alquiler en la zona metropolitana de la capital.

«En el barrio de Arroios, en el centro de Lisboa, yo pagaba 400 € por compartir un cuarto con otras tres personas y los chinches de la cama. Para estar aquí solo tuve que invertir en una tienda de Decathlon», bromea Marcia.

El campamento de la Quinta dos Ingleses. (J. R.)

Marcia y Andrea son limpiadoras con contrato, pero no pueden pagar un alquiler en la ciudad. Cobran el sueldo mínimo, poco más de 700 euros, mientras les piden 400 no por un piso, ni siquiera por un cuatro, sino por una cama en Queluz, a las afueras de Lisboa. «Al principio pagaba 200 euros por una cama en un cuarto compartido, que después subió a 300 y luego a 400, más de la mitad de mi salario«, lamenta Andreia.

Sacan el agua de las duchas de la playa de Carcavelos y hacen sus necesidades bajo los árboles. Aunque cueste creerlo, su vida ha mejorado en algunos aspectos: «Como no tengo el peso de pagar un alquiler, puedo permitirme ir al supermercado y comprar mejor comida que antes«, dice Andreia. «No me falta de nada. A veces vamos a bañarnos a la playa, otra simplemente nos bajamos a comer mirando el mar», remata Marcia. | @elconfidencial

Así estamos

Deshacer el camino andado para regresar a casa de los padres. Es la realidad, casi siempre dura, a la que se enfrentan muchos jóvenes españoles que en algún momento celebraron la gesta de emanciparse. El fenómeno no es desconocido, pero la vuelta al nido se intensifica en tiempos difíciles y estos lo son. Los boomerang kids vuelven a la casa familiar por no poder asumir el alquiler o la hipoteca, por querer mantener su nivel de consumo y bienestar y para preparar un nuevo intento de salida.

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¿Vivirías en una tubería por 340€ al mes?

Bautizados como ‘OPod Tube Housing’, estos tubos-vivienda tienen 2,5 metros de diámetro, y te ofrecen 9,29 metros cuadrados de espacio. Según el estudio, cada una de ellas está diseñada para una o dos personas, tiene un coste total equivalente a 12.500 euros, y puede alquilarse por menos de 340 euros al mes.

El por qué de este proyecto lo encontramos en que Hong Kong es una de la ciudades con el precio del suelo más caro del mundo. Allí, el alquiler medio de un apartamento de una sola habitación en el centro de la ciudad puede costar más de 1.690 euros al cambio, lo cual restringe las posibilidades de acceder a la vivienda a una minoría.

En este contexto, las casas-tubo son un intento de ofrecer viviendas económicas y asequibles para los jóvenes. Vamos, que vienen a admitir que la única manera de poder pagarse una casa en la ciudad es la de acabar viviendo en una tubería gigante para el agua. Una dirección bastante terrible para las grandes ciudades.

El proyecto también busca facilitarle un poco el tema de la vivienda a los responsables de las ciudades, ya que estos tubos pueden apilarse unos encima de otros para crear bloques de viviendas de cuatro plantas, los cuales pueden instalarse y desmontarse fácilmente para permitir «crear espacios residenciales rápidos, a poco coste y fáciles de adaptarse a los entornos».

Así son las OPod Tube por dentro

Cada una de estas minúsculas casas cuenta con unas dimensiones de cinco metros de largo por dos de ancho y alto, proporcionando un espacio útil de 9,29 metros cuadrados. En su interior ofrecen un cuarto de baño con ducha, una cocina con mini-nevera, un salón con sofá-cama con una mesa-escritorio en frente, y un área de almacenamiento.

Como vemos en las imágenes, podría cabernos fácilmente nuestro ordenador, y tendríamos varias estanterías para poder tener algún que otro objeto de decoración. Todo con dos puertas de cristal a cada lado de la tubería, las cuales ayudarían a obtener la mayor cantidad de luz natural posible.

Sus responsables dicen haberse decantado por el hormigón como material por ser lo suficientemente resistente como para permitir un buen aislamiento del calor, la humedad y los fuertes vientos. Todas tienen acceso online, una puerta que se puede abrir con un teléfono móvil.

En el estudio James Law Cybertecture piensan que esta podría ser una buena solución para estudiantes universitarios, pero también para utilizarse comercialmente en hoteles de bajo coste. Algo parecido, por ejemplo, a los hoteles cápsula japoneses. Se trata de un proyecto que también quieren que sea exportable, y un ejemplo de ello es que tienen pensado construir instalar las primeras unidades en Sudáfrica.

@xataka | @S3XY

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