[…] Una ballena se tragó a un buzo y poco después lo escupió, aún vivo, en una playa. “Supe al instante lo que había sucedido, que una ballena había venido y me había llevado, y yo, de manera instintiva, contuve el aliento, asumiendo que volvería a zambullirme y me escupiría en algún lugar”, explica Rainer Schimpf. […]
Vía: Antena3