Pero ESTO QUÉ ES

Mide más de dos metros de altura y pesa unos 130 kilos de puro músculo. Este gigante culturista ha protagonizado en los últimos meses numerosos incidentes y sus detenciones no son para nada fáciles. El corpulento agresor, es una persona con un largo historial de violencia generada por diversos motivos, pero su fuerza es tan descomunal que ha sido capaz de arrancar una puerta del hospital de Son Espases de una patada, romper cristaleras de un sólo puñetazo o llegar a levantar a ocho agentes del suelo. Todo ello, al margen de enfrentarse a grupos enteros de hooligans en Punta Ballena, arrancar estanterías de supermercados y agredir a los vigilantes.

A las seis versiones del legendario Hulk en la Fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel, hay que sumarle la de nuestro protagonista. Esta semana pasada, fue nuevamente detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía por robar en un supermercado (una de sus obsesiones) y agredir al vigilante de seguridad. Todo sucedió en un conocido comercio de alimentación de la calle General Riera de Palma cuando el personal de seguridad le sorprendió robando unos 40 euros en jamón de corte. Instantes antes, nada más entrar, ya se encaró al personal esgrimiendo su gran corpulencia con frases como: «Soy yo. ¿Qué miras?» y otros muy similares. En la línea de salida, el vigilante se aproximó a su posición y le pidió de forma educada que le entregara el género que había sustraído. Acto seguido, el gigante se puso frente a él y le dijo: «Déjame tranquilo o te voy a hacer mucho daño». El ‘increíble Hulk’, como le conocen en la cadena de supermercados, se dirigió al vigilante y le dio un empujón haciendo ‘volar’ a la víctima varios metros. Luego, reventó una cristalera de un puñetazo y se dio a la fuga. | @menorca

Entrevistas a hispanos en Japón (Amor/Odio)

Los hispanos que llevan viviendo años en Japón nos cuentan lo que más les fascina y lo que más detestan del país del sol naciente. Soy Kai. Siempre me ha fascinado Japón y me mola compartirlo. Si os preguntáis qué etnicidad tengo , soy un mix (Japonés/Español/Venezolano) Tanto el español como el japonés son mi lengua materna. Nací en Venezuela pero me he criado en España y cada año he ido a visitar a mi familia en Japón.

La peña está boba, ¿no saben que existen los orfanatos?

«No puedo soportarles»

«Odio a mi hija. Es tan parecida a mí que a veces no puedo soportarla. Hay días que me gustaría mandarla a paseo. Tiene 7 años».

«Detesto a mis hijos. Nunca me dejan tranquila y lo único que quiero son mimos».

“¿Otra se arrepiente de haber tenido un hijo? Yo amaba mi vida anterior. Mi marido quería un niño y lo pospuse durante mucho tiempo sabiendo que no era mi vocación”.

No les soporto. No importa cuántas veces les intente enseñar algo, no lo entienden, carecen de todo intelecto

«Sé que es horrible decir esto, pero odio a mi hija y a mi hijo. Les doy todo lo que quieren y parece que nunca es suficiente. Debería haberlos dado en adopción».

“No soy una persona a la que le gusten los bebés y la dependencia de mis hijos hacia mí me resultó muy difícil. Así que volví a trabajar tan pronto como pude y encontré a alguien para que cuidara de los niños”.

“Tengo dos gemelos de 10 meses y odio mi vida”.

«No les puedo controlar»

«Odio a mis hijos. Sé que debería amarlos, pero no puedo controlarles. Y detesto esta parte de mí misma. No es que quiera controlarlos, solo quiero que me respeten y que acepten nuestras diferencias. Fallé».

«Detesto a mis hijos. Actúan como unos tiranos, y no tengo idea de dónde están aprendiendo ese tipo de comportamiento. No tienen respeto alguno».

«No soporto a mis hijos. No importa cuántas veces les intente enseñar algo, no lo entienden, carecen de todo intelecto. Si pudiera volver atrás en el tiempo nunca hubiera sido madre».

Aborrezco a mi hijo. Siento que me ha metido en una vida que yo nunca quise. No recuerdo la última vez que fui feliz

«Algunas veces odio a mis hijos por su incapacidad para seguir órdenes, y eso me hace sentir como una madre horrible».

«Aborrezco a mi hija. Se comporta terriblemente mal y solo hace cosas estúpidas. No quiere escuchar y raramente es cariñosa, y eso que siempre le he dado y le doy todo».

«A veces mi hijo me asquea. Desde el divorcio se volvió muy rebelde, ya que se puso de parte de su padre completamente. ¿Qué he hecho mal?».

«Odio a mis hijos. Tienen 12 y 9 años, y son sumamente irrespetuosos con los adultos. Intento educarles, pero solo recibo respuestas soeces. Acabo de quitarles todos los juguetes y de decirles que este año puede que no haya regalos de Navidad»

«Quiero ser quien era antes»

«Me duele confesar esto, pero realmente aborrezco a mi hijo. Siento que me ha metido en una vida que yo nunca quise. No recuerdo la última vez que fui feliz».

«Odio a mis hijos en secreto. Arruinan todo y afectan a mi relación de pareja. No hay día que no esté arreglando cosas que han roto».

«Odio en secreto a mi hijo. Por su culpa cada día estoy más gorda y calva».

No puedo con mis críos. Probablemente porque me recuerdan a mi exmarido, y eso me produce náuseas

«En ocasiones detesto a mis hijos y pienso que ojalá nunca los hubiese tenido. Desde que nacieron no me han aportado nada bueno, solo estrés. Me siento una madre horrible por sentir esto».

«Hay días que no puedo con mis críos. Ellos arruinaron la relación de pareja que teníamos su padre y yo. Las cosas iban bien y éramos muy felices, hasta que ellos llegaron al mundo».

«A veces siento que no puedo con mis críos. Probablemente es porque me recuerdan a mi exmarido, y eso me produce náuseas».

Amaba mi vida anterior. Mi marido quería un niño y lo pospuse durante mucho tiempo sabiendo que no era mi vocación

“Mi hija tiene ahora 12 años y las cosas son más fáciles según va haciéndose mayor, pero a veces la miro y deseo que no hubiera nacido nunca. Soy una madre soltera y desde el momento en que la comadrona me la entregó no viví ese amor inmediato del que tanto habla la gente. Todo lo que sentí fue el enorme peso del arrepentimiento”.

“Adoro a mis hijos, pero yo no estaba preparada para el esfuerzo de los primeros años. Parece que nunca terminara. Estoy cansada, rota y me siento aislada. Desería tan solo haber pensado más antes de embarcarme en este viaje a la maternidad”. | @elconfidencial