Son del Hospital 12 de Octubre y del Gregorio Marañón, dos de los grandes centros de la región, pero es la realidad de toda la red madrileña, que está desbordada. En los hospitales los pacientes ya diagnosticados, o pendientes de que les hagan las pruebas, esperan horas sentados en sillas a que llegue su turno en rayos, o quede liberada una cama. Esperan tocándose codo con codo con otros pacientes.