uno de los bailarines de Aitana se desmayó en medio del concierto y ella se puso a hacerle una RCP a ver si asi reanimaba, para que luego digáis que no cuida a su gente… pic.twitter.com/eFXedKlVVu
— Minogue Negreira (@PELAGlO) October 1, 2023
uno de los bailarines de Aitana se desmayó en medio del concierto y ella se puso a hacerle una RCP a ver si asi reanimaba, para que luego digáis que no cuida a su gente… pic.twitter.com/eFXedKlVVu
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A failed robbery attempt pic.twitter.com/hFRQjLfzQY
— CCTV IDIOTS (@cctvidiots) October 1, 2023
En la Quinta de los Ingleses, a veinte kilómetros del centro de Lisboa, Marcia Alvaro (41) y Andreia Machado (49), dos inmigrantes brasileñas, se sientan sobre una manta a beber zumo de naranja con vistas al océano Atlántico. Desde hace dos meses, ambas forman parte de un campamento donde viven otras decenas de trabajadores que, como ellas, no pueden pagar un alquiler en la zona metropolitana de la capital.
«En el barrio de Arroios, en el centro de Lisboa, yo pagaba 400 € por compartir un cuarto con otras tres personas y los chinches de la cama. Para estar aquí solo tuve que invertir en una tienda de Decathlon», bromea Marcia.
Marcia y Andrea son limpiadoras con contrato, pero no pueden pagar un alquiler en la ciudad. Cobran el sueldo mínimo, poco más de 700 euros, mientras les piden 400 no por un piso, ni siquiera por un cuatro, sino por una cama en Queluz, a las afueras de Lisboa. «Al principio pagaba 200 euros por una cama en un cuarto compartido, que después subió a 300 y luego a 400, más de la mitad de mi salario«, lamenta Andreia.
Sacan el agua de las duchas de la playa de Carcavelos y hacen sus necesidades bajo los árboles. Aunque cueste creerlo, su vida ha mejorado en algunos aspectos: «Como no tengo el peso de pagar un alquiler, puedo permitirme ir al supermercado y comprar mejor comida que antes«, dice Andreia. «No me falta de nada. A veces vamos a bañarnos a la playa, otra simplemente nos bajamos a comer mirando el mar», remata Marcia. | @elconfidencial
«Theme from Shaft» ganó el Óscar a la mejor canción original, convirtiéndose Hayes en el primer afroamericano en lograr tal honor.
Pobre nómada, con la maleta…por las calles de Barcelona.
Qué puta culpa tiene ella de que sus progenitores no se hayan entendido!
En serio, señora…????????♀️
Ya sabes, no seas feliz ni confíes en nadie para procrear. No vaya a seeer que no os aguantéis y, qué pasaría! pic.twitter.com/cuI5qBXpuN— ????????ƓƠԼƊƖЄ???????? (@quepaSARITA) October 1, 2023