[…] «Me escondo en el garaje porque en la azotea me vigilaban». Después de la siesta, Angelina desciende desde su cuarto piso en Cuatro Caminos hasta el sótano donde duerme su Qashqai de segunda mano. El pequeño recinto de 60 metros cuadrados ha reemplazado al gimnasio. Ella estira músculo de forma clandestina en época de confinamiento. […]