¿Hay hambre?

La travesía duró siete días durante los que estos cocineros conocieron a distintos productores, probaron un sinfín de productos y visitaron una variedad de pisos ecológicos, desde vegetación altoandina hasta pampas y sabanas.

Entre estos ingredientes está una larva de escarabajo, conocido como tuyo tuyo, que es considerado un manjar en comunidades amazónicas como Irimo, que cautivaron a los chefs, que ahora sirven a los comensales en un aperitivo en base este insecto y semillas de girasol.

«No lo hemos procesado demasiado porque creemos que en sí los sabores del tuyo tuyo son sabrosos y no hace falta cubrirlos con algo más», añadió Taha.

Además del bocadillo, también ofrecen helado de tuyo tuyo, que está cubierto de un caramelo sólido y presentado encima de una especie de madera con un toque de algodón de azúcar recreando un tronco y el capullo de donde sale el insecto.

Este helado de larva de escarabajo tiene un sabor parecido a una aceituna verde que penetra todas las cavidad bucal, pero hace una buena combinación con el dulce de su cobertura. | @lostiempos

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Una brasileña mata a sus vecinos en Sevilla porque se llevaba mal con ellos

Joyce G.G.S., la mujer brasileña de 44 años acusada de asesinaren julio de 2020 a Cristina y Manuel, sus dos vecinos en la calle Padre Fernando Trejo de Dos Hermanas. Los arrolló con su coche, los agredió con un ladrillo o una piedra y después los acuchilló. Así lo ha reconocido este martes ante el jurado popular que la está enjuiciando. Las relaciones vecinales eran «fatales», principalmente con la mujer. En el confinamiento por la pandemia lo empeoró todo. El 24 de julio «se me cruzaron los cables. Se me fue la cabeza, no aguantaba más. Quería degollarla, arrancarle la cabeza para pegarle una patada».

Aquella situación duró cuatro meses. A diario «me mandaba a la Policía, me amenazaba con quitarme a mis hijos, tanto que al final…». Las denuncias eran cruzadas entre ambas partes. Tanto la Fiscalía como la acusación particular le han preguntado por lo que sucedió el 24 de julio de 2020. Tras llegar de trabajar, sobre la una del mediodía, a su casa. En la puerta estaba Cristina «riéndose de mí».

Y ahí «se le cruzaron los cables». «Se me borró la mente, tras verle la cara, su sonrisa, cachondeándose de mí, provocándome». Ha precisado que sólo fueron gestos, que no le dijo nada, pero a la acusada se le fue la cabeza: «no aguantaba más».

Después ha mostrado su arrepentimiento por lo que hizo, pidiéndole perdón a Dios, a sus hijos por dejarlos solo en esta vida y a la familia de las víctimas. «No lo pensé en ese momento. Aceleré el coche y lo lancé sobre ellos. Yo quería matarlos, atropellarlos, que se acabara mi pesadilla».

Ella ante el espejo: «Parecía un monstruo»

Con una forma de hablar acelerada, Joyce ha recordado que le pidió a Cristina, antes de los hechos, que le dejara en paz. «Me hizo la vida un infierno». Después de atropellarlos, cogió lo que pilló, una piedra o un ladrillo. A continuación entró en la casa de las víctimas y cogió un cuchillo. «Me fui a matarla».

«Yo estaba desquiciada. Acabé cuando acabaron mis fuerzas. Yo no era consciente», ha insistido la acusada, que ha expresado que se miró en el espejo y se vio chorreando de sangre. «Parecía un monstruo». Todo este relato ha sido escuchado a duras penas por familiares de las víctimas.

A la llegada de la Policía confesó a los agentes que ella había matado a los dos vecinos. Según ha indicado, no querían saber por qué sino cómo. Ella ya había llamado a su madre, expareja y a su jefe para decirle lo que había hecho.

| @abc

 

ME GUSTA, menos lo de que es vegano

Las cenas, de un máximo de 25 personas para preservar la intimidad, duran entre cuatro y cinco horas e incluyen tres platos a base de comida vegetal y bebida, preparada por la propia Charlie Ann. El menú vegano, de 88 dólares (unos 80 euros), inspirado en un tema en cada ocasión, está diseñado para ser una experiencia «holística y transformadora» para el cuerpo, la mente y el alma. «Hicimos hace poco una comida basada en El amor propio y las propiedades curativas/medicinales de la rosa, en la que colaboraron una experta en herbolaria y otra en ejercicios de respiración, por lo que todas las recetas las fusionamos en pétalos de rosa», comenta a METRÓPOLI Charlie Ann.

Pero eso no es todo. Las experiencias están comisariadas por gente de diversas áreas artísticas que, previo a la cena, aporta su perspectiva a los invitados para que conecten con su yo más profundo. Para eso, antes de sentarse a la mesa, los comensales realizan una pequeña danza o movimientos que «despiertan sus sentidos», para luego seguir con una sesión de meditación (normalmente con ejercicios de respiración), una charla o unas clases de dibujo o escritura de la mano de estos especialistas.

Hasta ahora, las reuniones han tenido lugar en el loft de su creadora, en Los Ángeles, o en espacios diáfanos y minimalistas en Nueva York, principalmente. Pero el plan es realizarlas en todo el mundo. Empezarán este verano en Europa, concretamente con un retiro en La Toscana italiana a principios de agosto y, según Charlie Ann, se prevé que se lleven a cabo eventos también en Berlín, París y España a finales del verano de 2023 (ver programa aquí o en las diferentes redes de The Füde Dinner Experience). | @elmundo

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