Joyce G.G.S., la mujer brasileña de 44 años acusada de asesinaren julio de 2020 a Cristina y Manuel, sus dos vecinos en la calle Padre Fernando Trejo de Dos Hermanas. Los arrolló con su coche, los agredió con un ladrillo o una piedra y después los acuchilló. Así lo ha reconocido este martes ante el jurado popular que la está enjuiciando. Las relaciones vecinales eran «fatales», principalmente con la mujer. En el confinamiento por la pandemia lo empeoró todo. El 24 de julio «se me cruzaron los cables. Se me fue la cabeza, no aguantaba más. Quería degollarla, arrancarle la cabeza para pegarle una patada».
Aquella situación duró cuatro meses. A diario «me mandaba a la Policía, me amenazaba con quitarme a mis hijos, tanto que al final…». Las denuncias eran cruzadas entre ambas partes. Tanto la Fiscalía como la acusación particular le han preguntado por lo que sucedió el 24 de julio de 2020. Tras llegar de trabajar, sobre la una del mediodía, a su casa. En la puerta estaba Cristina «riéndose de mí».
Y ahí «se le cruzaron los cables». «Se me borró la mente, tras verle la cara, su sonrisa, cachondeándose de mí, provocándome». Ha precisado que sólo fueron gestos, que no le dijo nada, pero a la acusada se le fue la cabeza: «no aguantaba más».
Después ha mostrado su arrepentimiento por lo que hizo, pidiéndole perdón a Dios, a sus hijos por dejarlos solo en esta vida y a la familia de las víctimas. «No lo pensé en ese momento. Aceleré el coche y lo lancé sobre ellos. Yo quería matarlos, atropellarlos, que se acabara mi pesadilla».
Ella ante el espejo: «Parecía un monstruo»
Con una forma de hablar acelerada, Joyce ha recordado que le pidió a Cristina, antes de los hechos, que le dejara en paz. «Me hizo la vida un infierno». Después de atropellarlos, cogió lo que pilló, una piedra o un ladrillo. A continuación entró en la casa de las víctimas y cogió un cuchillo. «Me fui a matarla».
«Yo estaba desquiciada. Acabé cuando acabaron mis fuerzas. Yo no era consciente», ha insistido la acusada, que ha expresado que se miró en el espejo y se vio chorreando de sangre. «Parecía un monstruo». Todo este relato ha sido escuchado a duras penas por familiares de las víctimas.
A la llegada de la Policía confesó a los agentes que ella había matado a los dos vecinos. Según ha indicado, no querían saber por qué sino cómo. Ella ya había llamado a su madre, expareja y a su jefe para decirle lo que había hecho.
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