«Hace seis años que no leía un libro por placer”
El uso excesivo del móvil también puede influir en el rendimiento académico e intelectual de los jóvenes, y este punto también ha quedado reflejado en el experimento. “Me ayudó un montón el estar sin móvil; hice todos los trabajos en menos tiempo”, manifestó uno de ellos. “He conseguido leerme un libro completo. Hace seis años que no leía un libro por placer”, indicó otro. Aunque también hubo quien destacó algún punto negativo, como la desconexión con los compañeros de clase: “El no tener móvil me ha perjudicado mucho, sobre todo en los trabajos en grupo. No poder comunicarme con mis compañeros me agobiaba”.
FInalmente, en la tercera semana, los participantes recuperaron su teléfono móvil y pudieron utilizarlo a discreción. De esta manera, se pudo comprobar si había aumentado o disminuido el tiempo de uso y, especialmente, el consumo de información y entretenimiento.
La investigación constató que los jóvenes volvieron a unos niveles muy similares de consumo en torno a las cinco horas, como antes del experimento. Pero al menos la mayor parte de los participantes admitió que le había servido para darse cuenta de su dependencia del teléfono y del protagonismo excesivo que este había adquirido en su vida diaria. También reconocieron que en muchas ocasiones se había convertido en un obstáculo a la hora de relacionarse con sus familiares. | @rtve