denuncias

¿Qué os parece?

Me parece bien EN PRINCIPIO, pero tengo dudas… Como tiene tanta antiguedad el supuesto caso de abuso, ¿cómo van a demostrarlo las víctimas? ¿Cómo podrá defenderse el culpable en caso de no serlo y estar ante una denuncia falsa? ¿Cómo demuestra su coartada si ni se acordará en dónde estaba en el momento de los abusos?

Las personas de entre 33 y 50 años que hayan sufrido abusos en la infancia y que no hayan denunciado su caso, podrán hacerlo a partir de este viernes 25 de junio, con la entrada en vigor del grueso de la Ley de protección a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, que aumenta el comienzo del plazo de prescripción de estos delitos, que empezará a contar a partir del momento en que la víctima cumpla 35 años. | @europapress

Tendría que ser: «Suspende las visitas del padre si hay VIOLENCIA», pero es «Suspende las visitas del padre si hay DENUNCIA por violencia»

Así, el cuarto párrafo del nuevo precepto determina lo siguiente: «No procederá el establecimiento de un régimen de visita o estancia, y si existiera se suspenderá, respecto del progenitor que esté incurso en un proceso penal iniciado por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o sus hijos».

Es decir, como interpretan los juristas consultados, el nuevo literal del 94 del CC impone al juez el automatismo de no conceder o suspender las visitas por el simple hecho de que exista una denuncia por violencia contra uno de los dos, circunstancia que afecta de forma abrumadoramente mayoritaria a los hombres. | @elconfidencial

¿Vosotros sois de los que se chivan si ven algo?

Policía de balcón, ‘gestapo’ vecinal o sheriff de escalera. Da igual el término, es todo lo mismo: expresiones que surgieron al principio del confinamiento, en marzo de 2020, para describir a quienes se asomaban a la calle para vigilar -y censurar- el comportamiento de sus conciudadanos. Al más puro estilo James Stewart en ‘La ventana indiscreta’, parte de los españoles ocuparon su encierro en controlar a los transeúntes y reprocharles sus idas y venidas en un momento en que la población estaba aislada en su domicilio. Ahora, este movimiento se ha reactivado en forma de denuncias por incumplir las medidas anti-COVID.

No obstante, los dos escenarios distan de ser iguales. Hace un año, los vecinos juzgaban a los viandantes sin conocer sus circunstancias y los abucheos tuvieron como destinatarios, en algunos casos, sanitarios que volvían de su turno en el hospital o padres que paseaban con sus hijos con trastornos del espectro autista. En la actualidad, estos policías de balcón denuncian hechos netamente sancionables, como música demasiado alta, una afluencia excesiva en una vivienda o un local o mesas ocupadas por más gente de la permitida. | @20minutos

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